No son los gobernantes quienes han perdido su norte, es el Perú entero quien lo está perdiendo.

SAKI BIGIO
3 min readApr 10, 2022

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Este artículo es una nueva iteración de un artículo escrito en Abril del 2022, en mención al gobierno de Pedro Castillo. Muchas cosas han pasado desde que lo escribí, incluyendo por supuesto, la caída de su gobierno tras una intentona de golpe tras 30 años inéditos de democracia. Han habido seis presidencias en los últimos cinco años. El artículo sigue vigente. Lo re-edito consecuentemente.

No son los últimos gobiernos los que han perdido su norte; es el Perú entero. Los años ochenta fueron los peores de nuestra historia, pero salimos de esos años con un solo norte, un objetivo nacional, una visión de país.

Más allá de tintes políticos, estratos o razas, o la decepción con el gobernante de turno, los peruanos compartimos objetivos comunes: Vencer al terrorismo ante todo, pero también objetivos económicos comunes. Trabajadores, empresarios, servidores públicos, peruanos emigrantes, todos quisimos un país pujante. Todos buscamos un país con más oportunidades individuales; un país de mejores salarios si trabajabas o de mayores ventas si hacías empresa. Pero también buscamos mucho más que lo individual. Queríamos un país con avances colectivos; un país donde un pobre menos o una empresa peruana más, eran logros de todos. Queríamos un país que no de tristeza, un país del cual estar orgullosos.

Todo eso lo logramos. Acabamos con el terrorismo. Cuadruplicamos los ingresos, tanto de pobres como de ricos. Redujimos el hambre. Terminamos con enfermedades. Liquidamos deudas. Construimos. Recibimos inmigrantes. Nos dimos a conocer. Exportamos bienes, pero también marcas. Nos educamos, y muchos afuera. Y muchos volvimos, y muchos volvimos para servir al país. Confiamos y lo logramos. Todo ese orgullo lo estamos perdiendo.

No son los gobiernos quienes han perdido su norte ; es el Perú entero quien lo está perdiendo. Nos estamos olvidando, demasiado rápido, de nuestros logros. Nos estamos permitiendo ser divididos, enfrentados. Nos han mentido diciendo que no hemos avanzado; que tiene éxito sólo el que abusa, que todos roban. Que no somos nación, sólo una colección de razas. Y lo peor es que les hemos creído. Estamos perdiendo la fé en nuestros objetivos y eso fue lo único que nos diferenció de los vecinos que fracasaron.

Más allá del gobierno y los políticos, que son finalmente efímeros, nos tenemos que preguntar ¿qué país queremos los siguientes 30 años? ¿Queremos un país dividido o un país unido? ¿Un país de críticas o uno de admiraciones? Es momento de que, como sociedad, volvamos a buscar objetivos comunes. Quizás bastan objetivos puntuales como el seguir creciendo, mejorar al estado, o combatir la delincuencia. Quizás un objetivo tan sencillo como el respetar las reglas y respetar al prójimo. Para ello, desde lo individual, en lo sucesivo tenemos que escuchar sólo a las voces que proponen y unen. No más a las que improvisan y dividen. No importa si dicen ser de izquierda o de derecha.

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Written by SAKI BIGIO

Saki Bigio is a Professor at the Department of Economics of UCLA.

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